Todos hemos escuchado que nuestro sistema inmunológico, es el que nos protege cuando estamos enfermos, si tenemos una alergia, un resfriado o hasta una enfermedad mayor como puede ser cáncer. Y esto es porque este sistema es el encargado de protegernos en todas nuestras etapas de la vida, de diferentes situaciones y peligros que podamos presentar. Sin embargo, hay ciertos factores que pueden disminuir su eficacia, revisaremos algunos de ellos en este blog.
El sistema inmunológico es un sistema bastante complejo, que no trabaja de manera aislada, esto quiere decir, que existen muchos factores que pueden o no contribuir a su eficiencia, recordemos que la función esencial del este sistema es la de proteger al organismo ante agresiones externas como internas, que bien se ha ido adaptando a nuestro estilo de vida y necesidades, buscando lograr un equilibrio en nuestro organismo por medio de mecanismo de autorregulación que permitan, tener un estado de salud óptimo. Cuando nuestro sistema inmune es capaz de adaptarse a los cambios que se presentan día a día, hablamos de una homeostasis inmunitaria.
Te queremos compartirte algunos de los factores que debilitan a nuestro sistema inmune y que tal vez realices sin pensar en que están teniendo una repercusión negativa en tu cuerpo.
- Dormir menos de 5 horas diarias
No tener un sueño de calidad y cantidad puede aumentar las probabilidades de contraer algún virus o germen, a su vez, se puede llegar a afectar el tiempo de recuperación. La explicación a este sencillo factor es que por las noches se producen ciertas proteínas llamadas citocinas que ayudan al sistema inmune a combatir los agentes extraños para el cuerpo. - Llevar una dieta alta en grasas
Consumir altas cantidades de grasas por mucho tiempo puede alterar el equilibrio de las bacterias en el intestino, estas bacterias tienen un papel fundamental porque participan en la maduración del sistema inmune, por lo que sí se ven afectadas, directamente estarán repercutiendo en la eficacia de la defensa del sistema inmune. - Ansiedad
Mantener un estado de estrés y de preocupación no contribuye con la lucha ante los agentes externos, ya que al mantener un estrés constante dificulta la eficacia al defenderse de una gripe, por ejemplo.
- Deficiencia de Vitamina D
Además de ayudarnos a mantener nuestros huesos fuertes y glóbulos sanos, también esta vitamina nos ayuda a estimular el sistema inmunológico. La podemos obtener de varios alimentos como: huevos, pescado graso y alimentos fortificados, la exposición al sol, es una fuente muy confiable para obtener nuestra dosis diaria. - Consumo inadecuado de frutas y verduras
Sabemos que los alimentos son la gasolina de nuestro cuerpo, por lo que un correcto y abundante consumo de vegetales nos pueden ayudar a producir más glóbulos blancos que necesitamos para combatir las infecciones. Además de contener otros compuestos benéficos como vitaminas, minerales, fibra que necesitamos en nuestro cuerpo. - Consumo elevado de alcohol
Tomar alcohol en exceso debilita la capacidad del cuerpo para repararse, aunado a esto se puede aumentar la probabilidad de tener alguna enfermedad hepática, neumonía, tuberculosis, etc. Te recomendamos si es tu caso disminuir su consumo a una bebida al día para mujeres y dos bebidas para hombres.Ç - Fumar:
Ya sea la nicotina contenida en los cigarrillos o el uso de otro tipo de aparatos electrónicos diseñados para fumar puede debilitar la capacidad del sistema inmune para actuar.
Un sistema inmune en desequilibrio tiene menor capacidad de detectar y eliminar en tiempo y forma el agente dañino, por lo que se puede favorecer la multiplicación de este agente y con ello continuar con la infección en el cuerpo. De aquí la gran importancia de cuidar y promover hábitos que contribuyan a la salud y bienestar de nuestro sistema inmune, no dejes que estás acciones te pasen factura con el paso de los años.
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